Escucho activamente a mis compañeros y compañeras, reconozco otros puntos de vista, los comparo con los míos y puedo modificar lo que pienso ante argumentos más sólidos.

Escucho activamente a mis compañeros y compañeras, reconozco otros puntos de vista, los comparo con los míos y puedo modificar lo que pienso ante argumentos más sólidos.

Cuando tenemos que dar nuestra sincera opinión sobre algo, algunas veces, nos sentimos cortados, pensando que es mejor no decir nada, manteniéndonos en silencio, porque pensamos que al decir nuestra sincera opinión pueda servir para que nuestro amigo o compañero, se enfade y nos deje de lado, o rompa la relación de amistad, o quizá, también, porque pensemos que nuestra opinión no pueda ser tan importante e útil como lo puedan ser la de los demás, y por eso, algunas veces, sentimos miedo a decir lo que pensamos.
También es cierto que algunas personas son acérrimas en ideas, y cuando se les contradice, terminan enfadándose, porque no soportan aceptar ideas distintas a las suyas.
Debemos ser libres, sin sentirnos manipulados, para exponer nuestras ideas y pensamientos, porque todos somos diferentes y porque cada uno vemos las cosas de distinta manera, pero, no olvidemos nunca que todas las opiniones son importantes, y sobre todo, respetables, siendo todas útiles para enriquecernos en ideas.

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