Persisto en la búsqueda de respuestas a mis preguntas.
Vivimos una época en la cual la ciencia y la tecnología ocupan un lugar fundamental en
el desarrollo de los pueblos y en la vida cotidiana de las personas. Ámbitos tan cruciales
de nuestra existencia como el transporte, la democracia, las comunicaciones,
la toma de decisiones, la alimentación, la medicina, el entretenimiento, las artes e,
inclusive, la educación, entre muchos más, están signados por los avances científi cos
y tecnológicos. En tal sentido, parece difícil que el ser humano logre comprender el
mundo y desenvolverse en él sin una formación científi ca básica.
En un mundo cada vez más complejo, cambiante y desafi ante, resulta apremiante que
las personas cuenten con los conocimientos y herramientas necesarias que proveen
las ciencias para comprender su entorno (las situaciones que en él se presentan, los
fenómenos que acontecen en él) y aportar a su transformación, siempre desde una
postura crítica y ética frente a los hallazgos y enormes posibilidades que ofrecen las
ciencias. Sabemos bien que así como el conocimiento científi co ha aportado benefi -
cios al desarrollo de la humanidad, también ha generado enormes desequilibrios.
Como lo veremos aquí, formar en Ciencias Sociales y Naturales en la Educación Básica
y Media signifi ca contribuir a la consolidación de ciudadanos y ciudadanas capaces de
asombrarse, observar y analizar lo que acontece a su alrededor y en su propio ser;
formularse preguntas, buscar explicaciones y recoger información; detenerse en sus
hallazgos, analizarlos, establecer relaciones, hacerse nuevas preguntas y aventurar
nuevas comprensiones; compartir y debatir con otros sus inquietudes, sus maneras
de proceder, sus nuevas visiones del mundo; buscar soluciones a problemas determinados
y hacer uso ético de los conocimientos científi cos, todo lo cual aplica por igual
para fenómenos tanto naturales como sociales.
Sí, formar hombres y mujeres que caminen de la mano de las ciencias para ver y actuar en
el mundo, para saberse parte de él, producto de una historia que viene construyéndose
hace millones de años con la conjugación de fenómenos naturales, individuales y sociales,
para entender que en el planeta convivimos seres muy diversos y que, precisamente
en esa diversidad, está la posibilidad de enriquecernos.
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